La villa de Villamartín de Don Sancho tuvo una gran importancia estratégica territorial fijando la frontera del Reino de León en los siglos XII y XIII, formando frontera con las villas fortificadas de Almanza, Villapadierna y Mansilla, en el este de la actual provincia de León.
Así la puebla de Villamartín será una fundación de frontera que formaba parte de la línea defensiva creada sobre las fortificaciones del Cea desde Cistierna a Almanza y Villapadierna. Villa de realengo, en la Edad Moderna pasó a pertenecer como señorío a la familia de los Tovar, dando el nombre al municipio Don Sancho de Tovar en el siglo XV.
El recinto de la villa en un análisis de su hipotético trazado oval sigue claramente el modelo de puebla de frontera de época de Fernando II y Alfonso IX del siglo XII y XIII. De esta cerca o muralla urbana subsisten algunos restos. El castillo situado intramuros sigue la misma técnica constructiva que vemos en otras pueblas de esta época y en reconstrucciones hechas por Alfonso IX de León a base de encofrados de hormigón con cal y canto. Técnica constructiva original propia de cercas urbanas como Villalpando, Mayorga, Belver de los Montes, Castronuevo... o en las fortalezas de Mansilla y Valderas con construcción a base de tapias o muros de encofrado de madera.
La existencia de una fortaleza extramuros en Villamartín se constata por un conjunto de ruinas de una construcción cuadrangular que se situaba en el extremo noreste de la villa en una zona llana pero elevada con respecto a la puebla. Los restos conservados de esta fortaleza, denota la existencia de torreones angulares que potenciaban visiblemente su capacidad defensiva. Toda la construcción es de tapias de hormigón encofrado de cal y canto.
Esta construcción denominada "El Fuerte" se relaciona con el camino tradicional que llevaba a Almanza desde Villamartín, así como desde Mansilla de las Mulas, Rueda del Almirante o Sahagún.
Es difícil entender que en una localidad tan pequeña hubiera dos castillos como parece deducirse de los restos conservados. Creemos que esta duplicidad puede tener explicación en una distancia cronológica entre ambos, si bien por el tipo de aparejo utilizado, propio de las fortificaciones leonesas del XII e inicios del XIII, esta diferencia debe ser muy corta.